divendres, 11 de març del 2016

g.Vicente, un home de Déu

El passat 19 de febrer el germà Vicente Villalaín, del districte marista del Paraguai, i en aquell moment membre de la comunitat de la ciutat de Coronel Oviedo tornava a la casa del Pare després de 92 anys de Vida plena.

Transcric en aquesta Entrada, a títol d'homenatge, les reflexions que es fan fer en el moment del funeral. El vaig poder conèixer durant l'any 1996 i posteriorment vaig tornar a coincidir diverses vegades, la darrera l'agost de 2007, quan ja era "l'avi" de l'escola Maristes Champagnat, referent per les families, els alumnes i professors,

Les comparto de lo que he vivido y recibido del hno Vicente durante los varios años que el Señor me regaló estar con él. Y les invito a que uds mismos hagan ese mismo ejercicio preguntándose: ¿qué me ha regalado Dios con el hno Vicente? ¿qué aprendí o descubrí?
Voy a ir directo al grano, pues con la muerte no se juega, es algo tan serio que nos hace mirar de frente nuestra vida: ¿tal como estoy viviendo hacia dónde voy? ¿vale la pena la vida que estoy viviendo?. Es decir, no es momento de recuerdos y anécdotas que los hay y son tan lindos, y cada uno guardará. Es momento de tratar lo esencial, lo que nos llevaremos, lo que no se pierde (Jesús habla de acumular tesoros en el cielo, de cumplir su palabra, y no hablar mucho). 
A todos los que conocemos y seguimos a Jesús, no puede menos que llamarnos la atención cómo nos hablaba de Jesús, cómo lo vivía, como trabajaba en parecerse a él.
El hno. Vicente nos recuerda varios rasgos de Jesús, y Jesús se nos ha ido haciendo presente en él. Es el GRAN VALOR DE SU VIDA: el hno Vicente transmitía y hablaba de Dios, “eligió la mejor parte”. 
Mirando su vida encuentro estos tres rasgos a través de los cuales el Señor de la Vida y de la Historia se nos ha manifestado a los que aquí estamos: entrega a dios, amigo de todos, y servidor de los niños y los pobres. 
1.- Su entrega a Dios: confiada y sencilla.
Lo decía con una simplicidad grandiosa, y casi no le hacíamos caso: “sentí la llamada de Dios siendo un preadolescente y me lancé con todo entusiasmo. No he puesto en duda su llamada y he procurado ser siempre fiel a mi vocación de consagrado hermanito”. Y añado: ciertamente lo ha vivido con sentido de totalidad (poniendo toda la carne en el asador, o sea, no a medias).
 
El hno. buscó, amó, se entregó y sirvió a Dios. Su tiempo era para él, su corazón le amaba con fuerza… y es que a Vicente Dios le hablaba, de Dios se sentía amado inmensamente, le enviaba…eran grandes amigos. Así vivía el hermanito su consagración al Señor. 
Gestos cotidianos que repetía en los buenos y malos momentos y con los que cultivaba esa relación eran: la lectura meditada de la palabra de Dios, la eucaristía diaria, los rosarios,  la oración comunitaria, las repetidas horas de oración personal… Su vida ha sido vivida desde la fe, una fe viva. 
Sus tres amores: Jesús, María y Marcelino. Un verdadero hijo de Champagnat. Eso era el alma, la raíz que lo sostenía y le hacía vivir. Para los que solo han compartido tiempos sueltos y no han estado a su lado todo el día pudo pasar desapercibido, pero para los que estuvimos y vimos sabemos que era SU ROCA y SU FUENTE. Sí, vivía una relación entrañable como hijo de nuestro Padre. De Dios, Vicente se sentía LLENO Y MOVIDO. 
Se notaba sobretodo que vivía lo que oraba, había un fuego interior que le quemaba. En mis conversaciones con él, se emocionaba, Dios era ALGUIEN VITAL en su vida. Sacaba siempre este tema.
2.- El hermano que se hacía AMIGO DE TODOS:
Desde buscar saludar, hablar con cada uno, saber los nombres, hacerse cercano, dar alguna cosa… ése sabemos todos que era el hno. Vicente. 
Todos queríamos ser amigos suyos. Y nos sentíamos tan bien a su lado hablando de tantas cosas o pasando el rato en buenísima compañía. 
Escuchaba y hablaba, te hacía sentir importante. No discriminaba. Dedicaba tiempo. 
No sigo con la lista porque cada uno hemos conocido esta parte de su persona por experiencia propia. Era el amor que brotaba del corazón con que nos amaba.
3.- Un MAESTRO y SERVIDOR….Dos grandes pasiones marcaban aquí su entrega:
  • los niños y jóvenes: ser su amigo, dar clase o catequesis, ayudar, animar, admirarse, sonreír, dejarse querer… en fin, salir a su encuentro haciendo realidad que para educar hay que amar. Por eso, aún jubilado seguía buscando excusas para estar presente en el colegio, en los actos …y compartir tiempos trabajando amistades con profesores, alumnos y padres. Era el infaltable.
  • La más admirable nota seguramente, fue buscar-descubrir y ayudar a los pobres. Ésta es una historia oculta de miles de gestos del hno. Vicente (hablar con quien está marginado, visitar casas en lugares lejanos, caminar kilómetros a puro calor, buscar algo que llevar, hablarle a la gente y rezar con ellos, infundir esperanza,…) su amor se veía aquí grandioso y desinteresado. TODO ESTO QUEDÓ REGISTRADO EN EL CORAZÓN DE DIOS QUE VE EN LO SECRETO Y A QUIEN NADA SE LE ESCAPA. Vicente buscaba a los descartados.
Su persona ha sido una viva muestra de corazón materno, un estilo mariano: humildad, servicio, no querer aparecer, silencios, cariño, presencia cotidiana en las pequeñas cosas, … María fue su compañera y modelo. 
Los que convivimos mucho con él conocíamos, ¡cómo no!, sus defectos, su manías… y ¡qué bien que sabía llevarlo! Y procuraba no molestar. Y como sufría también en este campo. Y hacíamos broma con él, su carácter, sus maneras de hacer. ESTO ES TAMBIEN UN TESTIMONIO PARA TODOS NOSOTROS: ¡adelante siempre, no hay que desanimarse!. Paciencia y perseverancia en lo que vale la pena, a pesar de dificultades, disgustos, incapacidades y otros. 
Y tú ya ibas diciendo que se terminaba, que llegabas al final de tu peregrinación aquí. Que deseabas encontrarte con el Señor. Y esto ocupaba tu corazón últimamente, junto a tu creciente limitación física y psicológica. 
El hno Vicente está feliz PORQUE DESPUÉS DE SU LARGA PEREGRINACIÓN, HA VUELTO A LA CASA DEL PADRE DE TODOS. Pero, más feliz aún si ve que nosotros hacemos como él: amar y servir al estilo de Jesús. 
Durante los primeros días notaremos tu ausencia. Y notaremos que nos falta ánimo sin estar tú. Bueno, una ocasión más que nos pone el Buen dios para que nosotros seamos los que estamos llamados a ser con responsabilidad y entrega hacia quienes están con nosotros. 
María te ha recibido, hermanito Vicente, a la entrada del cielo, para “mostrarte a Jesús” y para  “presentarte ante nuestro Padre QUE ES TODO BONDAD y MISERICORDIA”. ¡Enhorabuena! Llegaste a casa, al lugar adonde todos esperamos llegar y encontrarnos reunidos un día para ser dichosos para siempre.


Què et ressona d'aquestes paraules?
Tal i com estàs vivint avui en dia... cap a on vas? 
Val la pena la vida que estàs vivint?


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