Amb aquesta Entrada d'avui dono continuïtat a aquelles dedicades als sagraments de l'Església, aquells ritus que pretenen apropar-nos des de la nostra pròpia vida terrena al Misteri de Déu. Pots cercar les altres entrades relacionades sota l'etiqueta Sagraments a la columna de la dreta del Bloc.
L'explicació dels 4 tipus d'Entrades dedicades per a cada sagrament la trobaràs a l'Entrada amb el títol "El sagrament més gran: Jesús de Natzaret" de 15 de setembre de 2016.
Cal dir que alguns d'aquests materials estan en castellà, ja que són fruit de la feina dels estudis de CCRR a la Facultat de Teologia dels Jesuïtes de Granada.
L'explicació dels 4 tipus d'Entrades dedicades per a cada sagrament la trobaràs a l'Entrada amb el títol "El sagrament més gran: Jesús de Natzaret" de 15 de setembre de 2016.
Cal dir que alguns d'aquests materials estan en castellà, ja que són fruit de la feina dels estudis de CCRR a la Facultat de Teologia dels Jesuïtes de Granada.
El Bautismo: claves pastorales
¿Qué aspectos crees centrales para proponer el sacramento al creyente de hoy como fuente de salvación? Lo que no se puede olvidar, la clave básica de todo.
Como ha quedado descrito en la parte de claves teológicas (entrada "Sagraments d'iniciació: Baptisme." del 15 d'octubre passat), el Bautismo es el primero de los sacramentos de iniciación a la vida cristiana, por lo tanto, los aspectos centrales a proponer serán los siguientes:
- El Bautismo quita al bautizado el pecado original y abre el camino de la Salvación, a la que somos llamados por la muerte y resurrección de Cristo.
- El Bautismo nos da la identidad de hijos de Dios, lo que nos configura como hijos del Amor y hermanos de los demás hombres y mujeres.
- El Bautismo nos abre la comunidad eclesial, nos hace miembros del Cuerpo de Cristo. Comunidad que nos apoyará y acompañará a lo largo de la vida, pero a la que también deberemos servir con los dones recibidos.
- El Bautismo también nos compromete con la misión de Cristo, nos compromete con el anuncio del Evangelio, propuesta de salvación al mundo.
- Lo fundamental sería, por tanto preguntar a los padres… ¿Sois cristianos practicantes? ¿Creéis que la religión católica es un buen camino de vida para vosotros y para vuestros hijos? Si la respuesta es afirmativa… adelante, dad el paso de bautizar a vuestros hijos como primer paso de este proceso de iniciación cristiana.
¿Qué dificultades crees que existen en nuestro ambiente para vincularse a él?
Antes de centrarnos en el sacramento concreto, vale la pena recordar aquello ya manifestado en la entrada "El sagrament més gran: Jesús de Natzaret. Î avui en dia" de 20 de septiembre pasado sobre las dificultades que advierto en nuestro entorno en cuanto a la vinculación con la Iglesia y la celebración de los sacramentos en general.
Centrándonos en el sacramento del Bautismo, algunas de las dificultades que advierto en nuestro entorno en cuanto a la celebración y vinculación son:
Centrándonos en el sacramento del Bautismo, algunas de las dificultades que advierto en nuestro entorno en cuanto a la celebración y vinculación son:
- En algunas zonas geográficas o colectivos concretos, todavía se vive la celebración del bautizo como un rito necesario para evitar el limbo en caso de muerte, o de una costumbre social o tradición familiar… Esta visión reduccionista conlleva, que la realización del sacramento quede tan solo en un acto aislado de la vida del infante y la familia, y pierda su sentido de integración en la comunidad eclesial y como inicio de un proceso de crecimiento y maduración como cristiano, hijo de Dios.
- Aun con el deseo de los padres de bautizar al infante, es un hecho generalizado la falta de compromiso de participación en la comunidad cristiana de los padres y/o padrinos, lo que no facilitará, la participación del bautizado.
- Es altamente significativo del desconocimiento de algunos colectivos de la sociedad, que se hayan llegado a solicitar bautismos civiles en los ayuntamientos.
- Por parte de los párrocos, a menudo no parece haber la exigencia necesaria hacia los padres y padrinos, en cuanto a su compromiso cristiano, participación en la comunidad y conocimiento del sacramento. Parece primar el mantenimiento de un número mínimo de bautizos por año para las estadísticas y la economía del obispado.
- En consonancia con lo anterior, de vez en cuando aparecen noticias sensacionalistas en la prensa cuando algún párroco niega el Bautismo a un infante por algún aspecto concreto de la familia: padres separados, homosexuales u otros casos. No parece ser la mejor forma de presentarse la Iglesia ante la sociedad.
- De igual manera, a veces también aparecen noticias similares cuando algún párroco niega el Bautismo a un infante por alguna característica de alguno de los padrinos escogidos, exigiendo sean personas diferentes. Tampoco parece ser la mejor forma de presentarse la Iglesia ante la sociedad.
- La costumbre que se ha dado mayormente en el rito latino del Bautismo de niños supone un dilema: la libertad de decisión de la persona ya adulta vs el derecho de los padres a incorporar a sus hijos a la comunidad eclesial.
- Se da una desproporción entre el número de bautizados y el de cristianos practicantes y también activos en la comunidad y en la misión, lo que refleja que muchas veces la iniciación cristiana no pasa del sacramento del Bautismo, o de la ceremonia.
- En el ámbito colegial, cuando se propone el Bautismo para chicos que se preparan para la 1ª Comunión también es un grave problema la desconexión que existe entre el proceso catequético (llevado fundamentalmente desde el colegio) y el momento sacramental (dirigido desde la parroquia). Han sido diversas las celebraciones del sacramento en que los neocatecúmenos y sus familias han quedado decepcionadas de las palabras o los actos del ministro celebrante, respecto a lo propuesto y vivido durante el tiempo de catequesis. Por intentos que haya habido de limar asperezas, la imagen dada no es adecuada.
- No existe una conciencia clara de lo que representa el sacramento, se ve más como una meta a conseguir que no como el inicio de un proceso de vida.
- También representa un problema las nuevas situaciones familiares que han aparecido en los últimos tiempos. Hay en casos que se siguen sintiendo llamadas, de una manera u otra, por Cristo y el mensaje evangélico, y a las que la Iglesia no sabe cómo acoger. ¿Cómo podemos hacer atractiva la vida cristiana a familias monoparentales o de padres separados, homosexuales u otros, si lo único “que se oye” son críticas a su tipo de familia?
Con este escenario, cobra importancia la necesidad de recuperar el significado de los procesos de iniciación para las familias, así como evitar la desconexión de la iniciación cristiana con la iniciación existencial del individuo.
¿Qué aspectos en nuestro ambiente crees que son una oportunidad para presentarlo? ¿Qué experiencias, que estrategias, qué procesos crees que ayudarían a vincularse a él?
Antes de centrarnos en el sacramento concreto, vale la pena recordar aquello ya manifestado en la entrada "El sagrament més gran: Jesús de Natzaret. I avui en dia?" de 20 de septiembre pasado sobre las oportunidades y experiencias que pudieran tenerse en cuenta en nuestra realidad concreta de forma general para presentar la Iglesia y la vida cristiana y que son válidas, también, para el resto de sacramentos.
Y ahora sí, centrándonos ya en el sacramento del Bautismo:
- Debiéramos presentar la catequesis (para los chicos si son mayores o para los padres y padrinos, si son infantes) como un proceso de iniciación cristiana a largo plazo, no solo como algo puntual para recibir el sacramento, de forma coherente con los sacramentos de la Confirmación y la Eucaristía.
- Conviene hacer una revisión de los procesos de iniciación cristiana. Quizás en Europa conviene mantener abierta la posibilidad del bautismo de infantes, pero ofreciendo y exigiendo unos procesos más o menos largo de catequesis previa y posterior para los padres y padrinos, liderados y vinculados por las comunidades parroquiales. Volviendo al ejemplo de vida de la pregunta 2.0, el contacto de mis cuñados con la parroquia solamente ha sido con el párroco para los detalles del día de la ceremonia de Yeray.
- Pero conviene por otro lado, mantener abierta la posibilidad del bautismo de adultos, ya que un cambio en la militancia de los cristianos de base y de la propia vida de las parroquias, estoy seguro que acabaría dando sus frutos en forma de jóvenes o adultas que se acercaran a conocer qué es esto de ser cristiano.
Si com a Església no fem aquestes coses, o algunes altres, tindrem nous batejats totalment incults i incultes, sense entendre què és el que els hi va passar. Una imatge per riure abans de posar-nos-hi,
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